Las mujeres; viudas, esposas, hermanas, etc., jugaron un papel preponderante al organizar las Brigadas Femeninas Juana de Arco, responsables de el abastecimiento de armas, municiones y cuidado de los heridos.
Las Brigadas Femeninas eran un secreto total para todos los que a ellas no perteneciesen. El JURAMENTO era prestado de rodillas DELANTE DEL CRUCIFIJO:
"Ante Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, ante la Santísima Virgen de Guadalupe y ante la Faz de mi Patria, yo, N. Juro que; aunque me martiricen o me maten, me halaguen o prometan todos los reinos del mundo, guardaré el tiempo que sea necesario y en secreto absoluto todo sobre la existencia, actividades, y sobre todo, los nombres de personas, sus domicilios, señalamientos y particularidades...que se refieran a sus miembros.
Con la gracia de Dios, primero morir que convertirme en delatora".
Hacia fines de 1929, cuando el gobierno al fin descubrió como eran abastecidos los ejércitos cristeros, llegaron a ser mas de 30,000 brigadistas. Se vestían con ropa especialmente confeccionada para llevar dentro de ella armas y municiones hacia el campo de batalla.
La mujer fue también la que dió valor a esposos e hijos para unirse a los ejércitos cristeros diciéndoles; "tu ve a pelear por nuestra Iglesia y nuestra religión, que aquí nosotras ya cuidaremos de la familia y los niños".
De antemano, pido disculpas por la forma tan singular de expresarse al principio de este video, de Don Bruno Zavala. Solamente que no hay forma de expresar el valor con el que luchaba el cristero contra el ejército federal, el cual en múltiples ocasiones huyó asustado y acobardado, no obstante la superioridad numérica que casi siempre llegó a ser de 10 a 15 soldados federales por cada cristero.
(de www.youtube.com por BrigadierCristero)