"Cuando después del combate, regresaron a Colima los generales Ferreira y Talamantes, ellos y sus oficiales, no pudiendo ocultar la mortandad que hubo en sus filas, y, para disimular el bochorno de la derrota narraban que el numero de los prelados Cristeros era ya muy grande, pero que los habían acabado por completo.
"Los soldados rasos,en cambio, referían cosa bien distinta. Confesaban su derrota y aclaraban no haber logrado nada contra las filas de los cruzados. En los hospitales muchos de los heridos narraban el gran terror que se apoderaba de ellos al grito de ¡Viva Cristo Rey!, que lanzaban en su combate los Cristeros. Además es cosa completamente cierta que muchos heridos y sanos declaraban, que en lo más rudo de la batalla, habían visto a una Señora, en un caballo blanco, que recorría la trinchera animando a los soldados de Cristo Rey y levantando a sus pies, con las patas del animal tan gruesa nube de polvo, que impedía que los cruzados fuesen vistos por ellos.
"¿Sería un verdadero milagro? ¿Habría en verdad, tan milagrosa aparición? Ninguno de los Cristeros vio nada singular jamás. Más de que tales cosas contaban los enemigos como acaecidas en este y otros muchos de los primeros combates, si hay certeza completa y fue cosa perfectamente sabida en Colima"