domingo, 15 de mayo de 2011

¡Viva Cristo Rey y Santa María de Guadalupe!


Uno de los gritos armados quizá más conocidos por quienes vivimos en la zona de los altos o para quienes conocen acerca de la cristera, es el de "¡¿Quién vive?! ¡Viva Cristo Rey y Santa María de Guadalupe!".

Utilizado como una contraseña o clave para reconocerse entre los cristeros o incluso para demostrar la gallardía o el temple del carácter, muchos personajes de la cristiada, antes de morir fusilados o ahorcados dejaban desgañitar por última vez su garganta con este grito que más que salirles del pecho, les salía del alma.

Nos preguntamos ¿Qué significa ¡Viva Cristo Rey y Santa María de Guadalupe!? Tal parece que no se trata de un simple panfleto o slogan, ni tampoco se trata de una jaculatoria o una oración. Se trata del reconocimiento de que la lucha no es por motivos humanos, sino por motivos divinos. Es además un sentimiento arraigado en las familias mexicanas, en este caso en las alteñas: No es una lucha sólo por Cristo, sino por Cristo vivo y si para vivir debo morir, es preciso hacerlo. Es además una lucha por Cristo que es Rey y está por encima de cualquier poder humano, por muy poderoso que sea.

Segundo, es una lucha porque Santa María de Guadalupe viva también, en las mismas circunstancias de Cristo, donde no importa si el precio del rescate que es vida de la religión, es la muerte para los fieles cristianos. Además, significa entender que no se trata de una lucha por un hijo (Cristo) y una madre (Santa María de Guadalupe), sino que es una lucha por una familia y para los alteños uno de los sentimientos más arraigados es el de la familia, donde están todos juntos reunidos en el regazo de una madre (Más que en el del padre).

Así pues, es una lucha impulsada por las mujeres, a ejemplo de María que impulsó a Cristo a cumplir con su misión; pero también es una lucha por una mujer, nuestra Madre Santa María de Guadalupe y por nuestro hermano Cristo Rey.

Decir ¡Viva Cristo Rey y Santa María de Guadalupe! Pasa de ser un lema o una señal de identificación y se convierte en la expresión de los nobles sentimientos de los alteños, que ante el valor que significa para ellos la mujer, sobre todo la madre, no dudan en dar la vida, como no dudan tampoco en quitarla.

Al realizar un análisis de algunos de los roles asumidos por las mujeres alteñas, tanto históricamente como coyunturalmente en los años veinte de este siglo, encontramos que efectivamente, las mujeres desempeñan un papel primordial, protagónico en un mundo, en ocasiones, demasiado masculino. Ante este análisis, la valoración entonces es que no se entiende la lucha cristera si no es considerando a la mujer como impulsora, alentadora o artífice de un movimiento social que salvando su fe, salvaba su familia.

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