domingo, 9 de octubre de 2011

PARA QUE LA PATRIA SE SALVE


“Me voy confiado en las oraciones de todos los que me han dicho que ruegan por mí, pero en especial muy confiado en las oraciones de mi hermana y de mi madre, que son con toda seguridad las únicas que me ha salvado de tantas cosas. No quiero que pidan a Dios que me salve de las balas ni de los peligros, de hambre y de enfermedad, los cuales si acaso no vienen a redundar más que en la muerte.
Quiero que pidan por la salvación de la Patria, despréndanse totalmente de un mocoso como yo que no sirve de nada, pidan que se salve la Patria y de esta manera han pedido por mí y por todos los que andamos con las manos en la masa. 
Para que la Patria se salve necesario es sacrificio y justicia: dar a cada quien lo que es suyo, y así dar a Dios lo que le toca, que sea Él quien mande y quien ordene. ¡Que jamás se cometan pecados! Pidiendo por la salvación de México han pedido para todos los luchadores, entre los que indignamente me cuento, fuerza física para luchar y sobre todo fuerza moral para obrar conforme a la voluntad de Dios y para reconocerlo por Rey sacrificándolo todo en bien de la causa. 
Esto es lo que se necesita para el triunfo. No se ocupen de bagatelas como de que salga o no con vida, que me enferme o no; esos son detallitos que Dios sabrá lo que ordena. A nosotros nos toca ponernos en sus manos y no ensuciar la lucha con egoísmos e interese mezquinos. Hay que darlo todo y con voluntad; y que Dios disponga porque es el Amo. Pidan pues por la causa, porque ningún luchador peque, que ningún luchador llegue a ser dominado por sus intereses mezquinos, que siempre se mire de nuestra parte el sacrificio y la lucha; de parte de Dios esperar todo lo demás “
Alfonso de la Torre Uribarren.

En carta a su madre y hermana.

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