martes, 15 de junio de 2010

SAN MIGUEL EL ALTO, JALISCO. AGOSTO 1926


La noche del 31 de Julio de 1926, el Presidente Municipal José Ma. López mandó fijar en las puertas de los templos el decreto de persecución; pero al siguiente día la Srita. Francisca Becerra Román lo quitó y rompió. Desde esa fecha, el Sr. Cura Don Fermín Padilla entregó los templos a Juntas vecinales como sucedió en toda la República obedeciendo órdenes de los Prelados que así lo decretaron, por no poderse sujetar a la ley persecutoria.

Desde entonces, se suspendió el culto en los templos, celebrando los sacerdotes el Santo Sacrificio de la Misa y administrando los Sacramento a los fieles secretamente en casas de confianza.

Los señores encargados de los templos fueron J. Ladislao Lozano, Rafael Moreno y Silviano Casillas, que mucho ayudaron al Sr. Cura. Lo mismo José Pérez González, Nemesio Franco, Pedro Casillas Lozano. Y las señoras que ocultaban en su casa el Sagrado Depósito: Juliana Lozano Vda. de
Casillas, María Lozano Vda. de Márquez, Agustina Anaya Vda. de Rábago y Petra Torres Vda. de Padilla.

En el ministerio ayudaban al Sr. Cura Padilla los Sres. Presbíteros Dr. D. Manuel Velázquez Morán y D. Juan Conchas.

Los fieles asistían a los templos a practicar actos de piedad y los domingos por la mañana rezaban el Rosario de Quince Misterios, en sustitución de la Misa, para cumplir con el precepto, según lo ordenaron los Prelados; y guardaron luto privándose de toda clase de diversiones.



 

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